domingo, 17 de octubre de 2010

Amor de gata

Acabo de terminar un libro en el que la gata favorita del protagonista, tiene un protagonismo especial. Y no sólo porque salga en la portada. Se llama Penélope, es de color negro, lleva un collar de perlas en el cuello, tiene 8 hermanas, es ninfómana, lesbiana, coqueta, alcohólica y muy femenina. Su dueño es un señor que se cree Jackson Pollock, que está loco de atar y que tiene una obsesión sexual tremenda con su compañera de largos bigotes.

Me lo regaló una amiga el día que Germán San Nicasio presentó su libro en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, hace unas semanas. Me ha dejado algo perpleja porque este chico escribe como si lo hiciera con los despojos del alma de alguien que ha vivido mucho. A borbotones, sin miramientos, sin tabúes, de una forma explícita, quizás algo barroca en algunos trozos, pero como si lo hubiera escrito un loco. Como si te lo estuviera contando un loco con camisa de fuerza. No se corta un pelo en describir la relación sexual que hay entre el protagonista y su mascota (no quiero destripar el libro, pero hay una escena que te la imaginas y da un poquillo de repelús). Quizás eso me ha producido un cierto rechazo, porque me gustan los gatos. Pero visto desde otra perspectiva sí es cierto que al ponerse en absoluta y firme segunda persona es necesario escribir así. Son los pensamientos de uno mismo, lo más íntimo y personal. Haz un esfuerzo ahora y piensa en los pensamientos que te vienen a la mente cuando estás planchando, haciendo la cena, viendo la tele. Hay recuerdos que nos vuelven locos a todos.

“La cárcel de Jackson Pollok” no te deja indiferente. Porque es un trocito de nosotros mismos. Porque parece surrealista pero tiene mucho de verdad. Porque Germán escribe con despecho. Y porque no hay complejos en ninguna página de la novela.

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