jueves, 26 de noviembre de 2009

El fútbol es asín


¿No has pensado nunca que la vida es como un Barça-Madrid? O si no la vida, sí muchos momentos que nos toca vivir porque lo elegimos, porque es casualidad, porque nos obligan, o simplemente porque toca.

Juegas en casa, lo que te da confianza porque conoces el terreno y tienes el apoyo de toda tu afición. Entrenas duro, te preparas para responder ante cualquier jugada del adversario. Estiras, respiras, carrerita, mirada furtiva... y llegado el momento lo das todo.

Pones todas tus cartas (pelotas) sobre el terreno de juego, demuestras todo lo que sabes y tienes la confianza y esperanza de ganar. Pero por desgracia no sólo depende de tu juego, de tu técnica, sino que es fundamental cómo lo haga el contrario. Y si te mete un gol nada puedes hacer.

Sólo queda darle la mano, sonreir a la cámara y prepararte mejor para el siguiente partido...

La vida, como el fútbol, es asín...

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Todos somos números primos


Es un best seller, pero no me avergüenzo de haberlo leído, ni de haberlo comprado en el Círculo de Lectores (fácil entrar, imposible salir...). La soledad de los números primos triunfará cuando se convierta en una cinta y se proyecte en las salas de cine tanto como Millenium o Crepúsculo, y sinceramente espero que quienes paguen 8 euros de entrada también inviertan los 3 días que se tarda en leerlo para conocer un poco más de las miserias humanas explicado de una forma muy sencilla.

La primera novela del italiano Paolo Giordano (que por cierto está Licenciado en Física Teórica, y sale muy mono en la cubierta del libro), me ha gustado porque sintetiza muy bien los personajes y los tiempos, controla las elipsis y los sentimientos y consigue emocionar aunque a veces le ponga a una de los nervios. Es triste, porque habla del estigma de Alice y Mattia. Una mujer y un hombre marcados cada uno por su propio trauma infantil que conduce completamente su vida de números primos. Giordano no para de darte bofetadas de realidad con este libro, con un lenguaje directo y seco (acertado término que encontré en el Blog de Libros de Metrópolis, cuya crítica comparto) y con dos historias que bien podrían ser la de cualquiera que esté leyendo este blog. No quiero destriparlo, así que prefiero no profundizar.

Por el título no es difícil deducir que habla de la soledad. La soledad en estado puro. La soledad en la pareja, en la familia, en la amistad, en el trabajo. La soledad en la vida. Cualquiera puede sentirse identificado, aunque tal y como comentan muchos de los que ya lo han leído, hay que ser un poco “número primo” para entenderlo y vivir un infierno particular para sentir la melancolía que transmite cada página. Pero yo pienso que todos somos en esencia números primos... El propio Euclides demostró que son infinitos. Por si tenéis esta lección de mates en lo más profundo de vuestra memoria os recuerdo que son aquellos divisibles por ellos mismos y por 1. Lo curioso es la teoría de los números primos gemelos, separados sólo por un número par (11 y 13, 17 y 19, etc). Juntos pero sin llegar a tocarse, siempre solos. En esto se basa la historia de Mattia y Alice.

Me quedo con una frase: “La gente no perdía el tiempo, se aferraba a unas pocas casualidades y fundaba sobre ellas su existencia”

martes, 24 de noviembre de 2009

Grande, Sabina


Salamanca esperaba ansiosa esos primeros acordes del concierto. Y sonaron, vaya que si sonaron. Y empezó con el tiramisú de limón a la española, a la salmantina, a la sabinesca. Para quien veía por primera vez al maestro en escena fue algo emocionante. Con traje, banqueta y bombín, y Pancho y whisky sin soda... Los que estábamos abajo lo dimos todo, aunque con los nuevos temas fue un poco complicado ya que sólo tuvimos 3 días para aprender alguna de las canciones. Pero estoy segura de que a él le encantó oírse y poder cantar sin el coro de miles de personas. Porque el Pabellón Multiusos Sánchez Paraíso estaba lleno y pese a la acústica regulera vibró con cada tema, tanto los nuevos como los más antiguos...

Dice Pancho Varona en su blog (gracias Rubén por descubrírmelo). que quedaron contentos con el estreno de la gira “Vinagre y rosas” en Salamanca pese a algunos fallos poco destacables. Me extrañó que no hubiera un segundo bis y mi duda ha quedado resulta al leer a Pancho: al maestro le empezaba a doler la garganta. Pero todos se lo perdonamos. Ahora mismo estoy escuchando uno de los discos antiguos, precisamente el disco de un concierto y aunque la voz ha cambiado y ahora está más quebrada por las inclemencias de la vida, sigue siendo el mismo Sabina. Aunque el sabinero que me ha hablado del blog de Varona piensa que el último disco no es tan genial como otros... No pienso lo mismo. Vinagre y Rosas tiene mucho del Sabina de los 90, del Sabina rockero, mujeriego y despechado, pero con la seguridad de los 60 años y de ser la estrella que es. Es una combinación perfecta y estas nuevas canciones pasarán también a la memoria de los seguidores de este gran músico.

Peces de ciudad, Boulevard de los sueños rotos, Y nos dieron las diez, La Magdalena, Calle Melancolía, Se llama soledad, Llueve sobre mojado... Una tras otra. Casi dos horas y media. Cerveza, tabaco prohibido, baile, lágrimas, poema, guitarra y esa voz... No puedo esperar a verle en casa.