domingo, 14 de noviembre de 2010

Absurdos




Es que a veces el mundo es tonto.
Es absurdo, pero es tonto.
No lo intentes cambiar de momento
porque al menor contratiempo
harás un aspaviento
buscando un "lo siento"
pero no habrá respuesta.
Nadie está contento.
Pero mira que es tonto.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Cuando te duele el todo

Sentir dolor en el corazón
es sentir dolor en el todo.
No controlar la emoción
es perder la noción y el modo
no sólo del tiempo.
También del sentimiento.
No sé, serán cosas del otoño

Como no somos perfectos moriremos como insectos



(Post publicado en La Gata Flora, mi blog de La Sexta)

Este post llega un día tarde porque el concierto fue el jueves pero ayer estuve indispuesta, así que me disculpen. Son las cosas de las amapolas, que si no les da el sol se marchitan. Son las cosas del otoño. Y son las cosas de Delafé y las Flores Azules. Conocí a este grupo hace unos añitos con Elvira, amiga del alma, y este jueves repetimos con la presentación en sociedad de “Las trompetas de la muerte”. Un disco en el que Helena Miquel tiene más protagonismo que en los anteriores (será porque al separarse el grupo quedaron chico+chica, por el tema de la paridad y tal), pero donde ella y Oscar D’aniello hacen mejor pareja que nunca (aunque tengo entendido que ya no son pareja, sentimental quiero decir). Y Dani Acedo es el mejor aderezo posible. Entendiendo como aderezo lo que da sabor a las comidas.

Muchos temas del nuevo disco, como es lógico, y muchos temas antiguos de cuando eran Facto Delafé y las Flores Azules. Todos me gustaron, bueno, ya me gustaban, pero me gustó verlos en escena. Mucho más valiente que cuando les vi hace unos cuatro años. Divertidos, atrevidos, coreados y parafraseados. Y mira que es complicado a veces seguir el ritmo hiphopero de Oscar D’aniello, pero da igual, tú cantas “nananananana” cuando no te sabes/recuerdas la letra y todos tan contentos. Helena estaba guapísima con su falda de tul y se lució intentando bailar el “Steady Running” (que podéis ver en el videoclip de “Espíritu Santo” para aprenderlo… ojo porque no es fácil). Los pasos imposibles de Delafé nos dejaron como siempre estupefactas; porque todas las mujeres que había en el Teatro Eslava pensamos en esos gemelos, estoy segura. Genial la escenificación, la fuerza de las coreografías, el escenario. Una pena que llegué un poquillo tarde y no pude ver muy bien los bailes pero los que los disfrutaron totalmente entienden lo que digo.

Delafé y las Flores Azules me gusta porque es hip hop, es pop, es soul, es música electrónica pero sobre todo es verso. Y los versos son comprometidos y alegres. Son las cosas del día a día. Son recuerdos y anhelos. Son historias de amor y de desamor. Imágenes de una vida ideal. Canción protesta. Valentía en estado puro. Encontrar una sonrisa y perderte en ella. Y reír, por no llorar.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Desengaño religioso

(Publicado en La Gata Flora, mi blog de La Sexta Noticias)

No me gusta este Papa. De Juan Pablo tengo buenos recuerdos porque la verdad es que era majete y me tocó cuando yo era una aspirante a beata. Los domingos, en misa de 11, era monaguilla. Asistía a todas las clases de catequesis, participaba en el grupo de teatro de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes de Tudela y recitaba poemas a la Virgen en fiestas importantes, algo que enorgullecía mucho a mi madre, profesoras y al párroco, que me daba caramelos de limón y naranja y ya más adelante alguna que otra moneda de quinientas pesetas o algún billetico de mil.
Mi primer desengaño amoroso lo tuve con la Iglesia, bueno, con Dios. Fue un drama familiar y cuando el Padre Aurelio me cogió por los hombros y me dijo: “Con Dios estarán mejor” (¿perdona?), perdí la fe. Nunca olvidaré ese instante. Es duro asumirlo, pero así fue. Y nunca me he arrepentido de ello, aunque es cierto que parecemos obligados a creer en algo (porque, ¿en qué creen los que no creen? Esto ya se lo preguntaba Umberto Eco…). Yo no se en qué creo. Supongo que en nadie porque no me aferro a nada cuando quiero tener suerte con cualquier cosa ni me encomiendo a las Atalayas del Norte cuando tengo un problema. Simplemente pienso que las cosas pasan porque tienen que pasar, no porque esté escrito en los escritos ni nada de eso, no… Las cosas pasan, y punto. ¿Podemos influir en los avatares del destino? Esto es una contradicción en sí misma, el destino, destino es.
¿Y por qué os cuento esto? Porque estoy impresionada con el despliegue por la visita de Su Santidad, el emisario de Dios, a Santiago de Compostela… pero pocos decimos que no se está vendiendo el merchandising, que sólo han ido unas veinte mil personas a verle, que los hoteles no están al 100% como se esperaba y que ya no despierta esas pasiones de padre que siempre se han atribuido a esta “figura eclesiástica”. Que me parece bien que venga, igual que el Dalai Lama o el Ayatolá Abdulá (este me lo he inventado), pero no seamostanpesadoshombreyaporfavor.
Y en el momento en que escribo estas líneas, el Papa se va a Barcelona, con el estómago rebosante de pulpo y albariño, con sus zapatos de firma, sus casullas bordadas en oro y su papamóvil. Barcelona la anticlerical, que para eso se proclamó allí una Segunda República
(Apunte histórico: Eibar fue la primera ciudad en izar la bandera tricolor, por mucho que digan los catalanes).

sábado, 6 de noviembre de 2010

Inquietudes

Te recuerdo.
Recuerdo tu altura, tus ojos marrones.
Tu forma de andar y de mirarme.
Tu sonrisa y tus inquietudes o, mejor,
tu inquietud.
La recuerdo bien, era, ¿seguirá siendo?,
como de niño pequeño.
Te recuerdo en mi recuerdo.
Te recuerdo en mi cama
y te recuerdo
en mi silencio.