miércoles, 7 de enero de 2009

Me hiela Madrid


Se acabó. Y me moría de ganas, aunque tengo la sensación de que hasta que no se terminen las rebajas no va a desaparecer el falso espíritu navideño que llena todos los rincones de esta ciudad. Se acabó la Navidad y se acabó en un día muy frío, 2º hace hoy en Madrid. Pese al frío he pasado varias horas con las ventanas abiertas. No se por qué, pensarás que estoy loca, pero lo necesitaba. Será porque me apasiona el invierno. Llámalo X.

Y es curioso porque en el fondo Madrid es una ciudad hecha para vivir primaveras. Llevo 8 años viviendo aqui y no termino de entenderla. Conozco muchos recovecos, la he fotografiado hasta la saciedad, he pateado sus calles, he bebido en sus bares, he visitado sus museos, me han besado en sus parques, he reído y llorado... Todo esto puede dar una sensación de calor en esta ciudad tan bonita pero yo últimamente la siento tan fría que me hiela el alma. Será la particularidad de los lugares, como decía Gemma en su comentario a mi anterior post. Y quizás esta Navidad haya tenido mucho que ver. Nos hacen creer que no debemos estar solos, que tenemos que comprar y no pensar en el futuro, sino en el hoy y en el ahora y yo estoy un poco harta de eso, aún siendo consciente de que ese es mi estilo de vida. Carpe diem.

Por eso, pese a amar el invierno estoy deseando que llegue la primavera (a pesar de la puñetera alergia) para vivir un Madrid real, con el justo consumismo, con los justos turistas, con las justas salidas nocturnas. Todo en su justa medida. Espero que para entonces se haya derretido el hielo que llevo dentro.